Era una vez una caberna obscura donde tenian a varias personas atadas de pies y manos.
Una de ellas se desató y caminó hacia la luz, cuando salio el impacto de la luz lo cegó un poco, mirando sombras en forma de monstruos.
Se percató que habia un muro que separaba la caberna de las sombras, se dio cuenta que del otro lado del muro no habian montruos, si no que eran personas cargando rocas en su espalda.
Se regresó y contó lo que habia visto pero nadie le creyó, así que decidió volverse a atar y quedarse nuevamente con ellos.
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